MADRE Difícil e hija empática: 7 consejos para sobrevivir

Para empezar, estar en permanente conflicto con nuestra propia madre no es divertido para nadie. La mayoría de nosotros preferiríamos llevarnos bien y vivir en un estado armonioso lleno de felicidad. Y el conflicto nos ofrece todo lo contrario.

Para las persona muy empáticas o sensibles sin embargo, el conflicto nos puede arruinar todo el día. O la semana. O el mes.

Una persona empática no se lleva bien con los conflictos, son situaciones en las que hay mucho daño pero al mismo tiempo es una de las muchas situaciones inevitables de la vida. Las críticas, la tensión, los intentos de manipulación, y en ocasiones los gritos o insultos pueden extraernos toda nuestra energía y afectarnos emocionalmente y, en ocasiones, físicamente.

Aquí hay algunas estrategias, que yo utilizo, y pueden ayudar a sobrellevar mejor esos momentos de tensión con tu madre:

1. Elige bien tus batallas

Si eres sensible tu energía se evapora fácilmente. Necesitas energía para discutir, ya que el conflicto es energía en acción, es una situación muy emocional. Enrédate en él si no hacerlo va en contra de tus valores, si no déjalo pasar y guarda tus reservas de energía para cuando realmente las necesidades. Es decir, no entres al trapo ante cualquier comentario de tu madre. Piensa bien si te merece la pena.

2. Descifra si estás escuchando a través de la sensibilidad o de una actitud defensiva.

 Si estás escuchando con la intención de estar a la defensiva, tu respuesta se basará casi por completo en tus sentimientos y tendrás muy poca lógica. Eso no beneficia a nadie. Todo el contrario. Puedes decirle que prefieres dejar ese tema para otro momento. Si estás escuchando con verdadera sensibilidad, continúa.

3. Recuerda que cuando un desacuerdo se plantea de una manera honesta especialmente por parte de tu madre, está tratando de hacerlo lo mejor que puede.

 Si tu madre está abordando un problema y lo aborda de esta manera, muestra que también se preocupa por ti y por la relación. Eligió enfrentar el problema en lugar de utilizar un comportamiento pasivo agresivo. Aunque sea la minoría de las veces que tu madre actúa de forma tranquila y sin atacarte si lo hace dale una oportunidad.

4. Escucha para entender, no para estar de acuerdo o para responder. 

En ese momento, evita convertirte en víctimas o jugar el juego de la culpa. Tómate el tiempo para reflexionar sobre lo que ha dicho, reconoce los sentimientos de tu madre y asume la responsabilidad donde sea necesario. La paz es más importante que tener razón.

5. El tiempo es importante, si tienes que lidiar con un conflicto durante un mal momento puedes hacer esto:

  Si eres religioso, antes, durante y después. Si no eres religioso, intenta respirar profundamente o meditar. Y la mayoría de las veces, las cosas terminarán funcionando mejor de lo que esperabas.

6. Sí, será incómodo, pero la mayoría de las oportunidades de crecimiento lo son. 

Trata de no evitarlo. Pide ayuda si no puedes sola.

7. A veces no se trata de ti, se trata de lo que se percibe. 

No puedes controlar cómo ven las cosas los demás, pero puedes controlar lo que dices y haces. Intenta trabajar en cómo percibes las cosas y cómo responde. Ahí está tu poder.

 Y dado que el conflicto es inevitable en la vida, ¡es mejor trabajar para mejorar que esperar que estas situaciones nunca surjan! La práctica te conducirá a que el conflicto te produzca menos tensión y una existencia más feliz.